
Es el legado familiar que les dejó Hipólito, eje central y de partida de su historia, de años de antigüedad de know how, de espíritu de innovación, de búsqueda de nuevas aportaciones, de garantía de calidad, de que saben lo que hacen. Hipólito, hombre luchador, trabajador, primero año de 1835 y el solo, con mucho esfuerzo en 1841 sigue con sus viñas, pero ya cuenta con una pequeña cuadrilla a su cargo. Luego 1844 tiene ya su pequeña bodega-calado para elaborar su propio vino, siendo en 1846 con ese espíritu emprendedor, de tesón, lucha, trabajo y aventurero, donde se pone a pensar, ver y hacer sus catas de diferentes variedades para que sus vinos aguanten las salidas a otros países (increíble pensar que esto lo hizo allá por el 1846).